El área metropolitana de Barcelona es el gran motor económico de Catalunya. Representa el 55% del PIB catalán, y cuenta con “importantes clústers tecnológicos y científicos”, como señala el teniente de alcalde de Economía del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Valls. Pero, ¿cómo se organizan esos clústers? ¿Son efectivos? Dos ciudades metropolitanas lo van a intentar tras encargar estudios para desarrollar grandes distritos de innovación. Son los casos de Badalona y Esplugues, que se han encomendado al llamado modelo Boston, con la idea de aprovechar al máximo las sinergias que se pueden establecer entre los centros hospitalarios y las universidades.

Se trata de dos estudios que se han encargado a la consultora Aretian, cofundada por el urbanista e investigador Ramon Gras, desde el Harvard Innovation Lab, en la ciudad norteamericana de Boston. En Esplugues se está pendiente de cuadrar las fechas para presentar el proyecto con el propio Gras en la segunda mitad del mes de enero. Lo que se desea, en los dos casos, es darle continuidad a transformaciones urbanísticas que tienen en Barcelona un claro precedente: el distrito del 22@, que ideó el ingeniero y economista Miquel Barceló.

Sin embargo, el objetivo es que toda la metrópolis se vea beneficiada, al dinamizar un territorio extenso. Esa es la obsesión de Ramon Gras, un urbanista catalán, que tiene claro que el modelo “desarrollista” del pasado no puede volverse a repetir. Lo que debe contar, a su juicio, es que contacten distintos profesionales en un determinado lugar geográfico, a partir de centros de alto valor añadido. Es lo que tiene Boston, con centros como el Greentown Labs, Pagliuca Harvard Life, Harvard iLab, The Engine, o el MIT Martin Trust Center.

¿Lo puede ser Esplugues para irradiar valor añadido en toda el área metropolitana? La consultora Aretian considera que se trata de una gran oportunidad, a partir de la construcción del nuevo Hospital Clínic, justo al otro lado del Hospital Sant Joan de Déu, y con la UPC como gran centro de investigación. Gras ha señalado que esa Barcelona metropolitana de la que acaba de hacer gala Jordi Valls, en la presentación de un estudio en colaboración con la Cámara de Comercio de Barcelona, tiene cuellos de botella. El problema, admitido por las administraciones y los expertos, es que hay talento y se investiga. Eso no falta. Pero la transferencia tecnológica se queda por detrás. Jordi Valls lo dejó caer en su intervención.

DEL KENDALL SQUARE AL BESÒS

Coordinar, situar instituciones y profesionales en una misma área geográfica, es vital para recoger frutos, que son los que recoge Boston. Uno de los ejemplos que sitúa Gras es el de Kendall Square, en la ciudad norteamericana. Se trata de un polígono industrial al que se le ha aplicado un plan estratégico diseñado para regenerar urbanística y económicamente el tejido industrial. El resultado es que ha llegado a ser uno de los ecosistemas innovadores más potentes del mundo. Es una red de centros de investigación aplicada, de innovación y transferencia del conocimiento y de startups que logran el objetivo deseado: conectar la academia, el mundo académico, con la industria, con lo tangible, con el valor económico.

El Ayuntamiento de Esplugues, que tiene como alcaldesa a la socialista Pilar Díaz, lo ha querido dar a conocer con un vídeo en el que se establecen esos vínculos, como una ciudad atractiva para el inversor, pero también para el ciudadano que desea vivir haciendo compatible la comodidad urbana con la ambición económica.

En la zona de influencia del Besòs, que engloba a todo el Barcelonès Nord, lo que se pretende es similar. El modelo de Boston vuelve a estar presente. De nuevo surge la sinergia entre centros hospitalarios y universidad, con el Germans Trias i Pujol, en Can Ruti, y la UPC. La ciudad de Badalona, con el alcalde del PP, Xavier García Albiol, tiene entre manos el distrito de innovación Badalona-Tres Chimeneas. Lo que plantea Ramon Gras es que se puedan regenerar los distintos polígonos existentes, los de Bon Pastor y la Mercedes, Torrent de l’Estadella, Montsolís y La Verneda. Todo ese territorio, del Barcelonès Nord, podría ser una especie de réplica de lo que significa el Kendall Square en Boston.

Fuente: Metropoli

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