Antoni Paz, miembro del equipo redactor del Comité de expertos en KnowUrbanNet, aborda en esta entrevista los desafíos y oportunidades de la transformación digital y la planificación urbana en Barcelona. Destaca la importancia de incorporar nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia de la ciudad, la movilidad y la participación ciudadana.
También resalta el valor de los distritos de innovación, como el 22@, en la creación de ciudades más integradas y sostenibles, y señala que la administración debe facilitar los procesos y promover la innovación sin frenar el desarrollo. Paz comparte ejemplos inspiradores de ciudades globales, como Dublín y Tallin, que ofrecen modelos valiosos para Barcelona en su camino hacia una metrópolis más inteligente y sostenible.
¿Cuáles son las principales recomendaciones para que Barcelona afronte con éxito este reto de convertirse en una ciudad de 5 millones de habitantes?
Buenas tardes. Yo creo que el reto que más puedo abordar, y en el que tengo el foco puesto desde hace un tiempo, es en la absorción de nuevas tecnologías para la transformación digital, tanto de la administración como de la ciudadanía y de los servicios de la ciudad. La ciudad puede ser más eficiente, los trámites administrativos pueden simplificarse, la movilidad puede mejorar, y todo esto se puede lograr si somos capaces de aplicar los modelos tecnológicos adecuados y utilizar la tecnología de forma eficiente.
Y en términos de urbanización y ciudades del futuro, ¿qué tendencias marcarán el desarrollo urbano en los próximos años y cómo debería adaptarse Barcelona para liderar estos cambios?
Bueno, yo creo que la transformación de las ciudades es la transformación que va a sufrir la mayor parte de la humanidad. La humanidad tiende a concentrarse en ciudades. En vista de cómo afrontar esta nueva situación, hay varios aspectos clave: la densidad, la calidad de vida, la utilización de los datos personales de los ciudadanos, la participación ciudadana, y la movilidad. La movilidad en las ciudades ha cambiado de forma muy importante en los últimos años. En Barcelona, por ejemplo, hemos visto cambios similares a los de otras ciudades del mundo. Estuve en Nueva York hace unos meses y me sorprendió ver bicicletas, carriles bici y patinetes en una ciudad que, cuando la visité por primera vez, me parecía imposible implementar un sistema de movilidad alternativo al coche. Entonces, lo importante es ofrecer los máximos servicios, con el uso de nuevas tecnologías que faciliten la libertad de movimiento por la ciudad, permitiendo a los ciudadanos entrar, salir, y realizar sus actividades con facilidad.
Además, la participación ciudadana es otro tema fundamental: ¿cómo puede el ciudadano común participar en los procesos de decisión? Este es un desafío que también se puede resolver con tecnología, pero con mucha sensibilidad.
¿Cuál cree que debería ser el papel de las universidades y los centros de investigación en la planificación urbana? ¿Qué tipo de contribuciones pueden hacer para construir ciudades más innovadoras y sostenibles?
En Barcelona tenemos un caso muy relevante de un distrito de innovación avanzado, el 22@, que es un buen ejemplo a nivel mundial de planificación urbana. Este distrito, que se encuentra en lo que antes era el barrio de Pueblo Nuevo, fue concebido a principios de los 2000 por un grupo de visionarios, que incluía no solo arquitectos y urbanistas, sino también tecnólogos y expertos en estrategia pública y privada. Su objetivo era reconvertir una zona que había sido un centro industrial durante varios siglos, pero que a finales de los 80 y 90 había experimentado un declive. La visión fue crear un distrito de innovación.
Una de las primeras acciones fue garantizar que la infraestructura tecnológica fuera de primer nivel, con cableado de fibra óptica y otras tecnologías subyacentes que aseguraran que el territorio estuviera cohesionado y bien comunicado. Esto permitió reducir la brecha tecnológica y hacer que el acceso a las innovaciones fuera más equitativo.
Además, el distrito se planeó para incluir una combinación de usos: vivir, estudiar, trabajar, todo en el mismo lugar. Las universidades y centros de investigación tuvieron un papel clave en este diseño, permitiendo que se instalaran en áreas con condiciones ventajosas, lo que ayudó a crear un tejido de innovación difícil de romper. De esta forma, el distrito se convirtió en un espacio dinámico donde la gente trabaja, estudia, investiga y juega, lo que ha sido uno de los factores clave de su éxito.
Sabemos que las administraciones juegan un papel clave en el desarrollo urbano. ¿Qué estrategias deberían adoptar para fomentar ciudades más sostenibles, resilientes e inteligentes?
Soy bastante crítico con el funcionamiento general de las administraciones, pero creo que deben ser ágiles. Volviendo al ejemplo del 22@, se creó la Oficina 22A, que era una ventanilla única para obtener cualquier tipo de licencia o permiso, tanto para actividades económicas como sociales. Esta pequeña medida agilizó enormemente los procesos de autorización y resolución de problemas.
La función de las administraciones no debe ser el principal actor, sino el de garantizar la equidad, sin intervenir en exceso. Su tarea debe ser facilitar y agilizar los trámites, y asegurarse de que exista un marco regulador que no frene la innovación, sino que la potencie.
¿Qué modelos de ciudades a nivel global podrían servir de referencia para Barcelona en su camino hacia convertirse en una metrópoli más integrada, sostenible e innovadora?
Modelos hay muchos, yo creo que, por ejemplo, hay una ciudad en Europa, en Irlanda, que es Dublín, que tiene bastantes elementos interesantes. Por ejemplo, también cuenta con un distrito de innovación alrededor del canal, donde han realizado una serie de recalificaciones y cambios de planificación urbanística muy potentes. Han logrado convertir esa zona en un área con una gran capacidad de atracción de talento. Porque un elemento clave de estas ciudades es que están compitiendo por el talento internacional. Es decir, si hay personas que quieren desarrollar su proyecto empresarial y vital en una ciudad tecnológicamente avanzada, van a tener opciones como Barcelona, Madrid, Dublín, París, Milán y Londres. Estas ciudades están compitiendo por este talento.
La combinación de Dublín, por ejemplo, con su enfoque en tecnología, facilidad para incorporar personas y atraer talento, y su vínculo con las universidades, creo que es un buen modelo.
También me gustan mucho las experiencias de Ámsterdam y Róterdam en Europa. Son dos ciudades totalmente diferentes: una, Ámsterdam, muy volcada al turismo tradicionalmente, pero con mucha capacidad para generar nuevas ideas; y Róterdam, que fue una ciudad destruida en la Segunda Guerra Mundial y que se ha convertido en un ejemplo de planificación urbanística eficiente, utilizando tecnología.
Fuera de las más conocidas, me gusta particularmente Tallin, la capital de Estonia. Es una de las ciudades más digitalizadas del mundo, con una administración pública totalmente digitalizada. En muy poco tiempo, han logrado digitalizar por completo la administración pública. A pesar del frío, que dura bastante tiempo allí, Tallin es una ciudad muy acogedora, con muchísimos servicios, muy eficiente, cómoda para vivir, con una calidad de vida espectacular, con empresas, atracción de talento y universidades. Es una ciudad muy interesante.