Hay países en los que la gente accede antes a un teléfono móvil que, a agua potable. De hecho, según el Banco Mundial, el 25% de la población mundial no tiene acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura y un 35% no cuentan con servicios de saneamiento mientras que más del 75% de la población mundial es suscriptor de un smartphone.

Hoy en día existe la tecnología y el conocimiento para que todo el mundo acceda a ambas cosas. Sea reciclando, recirculando, reutilizando o desalinizando, existen soluciones para que todo el mundo acceda al agua potable, solo requiere acuerdos e inversiones. Por otro lado, al paso que vamos la conectividad de prácticamente toda la humanidad probablemente será antes del 2030.

El acceso de toda la población mundial a los teléfonos inteligentes se producirá probablemente en menos de 20 años mientras que el acceso a agua potable de momento no se ha completado en los 200.000 millones de años que lleva el Homo Sapiens en este planeta, cuando estaremos de acuerdo que en este caso lo urgente está pasando por delante de lo importante.

El consumo de agua crece porque ya somos más de 8 billones de personas en el planeta, y en aumento, y es un recurso esencial para los seres vivos, el planeta y cualquier negocio. La digitalización y ahora con la inteligencia artificial son negocios que siguen en aumento exponencial. El uso de los datos nos permite prevenir, prever, aumentar la eficiencia, la productividad o reparar problemas incluida la falta de agua, los eventos climáticos o las mermas, las pérdidas o los consumos.

A su vez, la inteligencia artificial junto con otras tecnologías digitales requiere de infraestructuras, como los centros de datos, que necesitan grandes cantidades de energía y agua. La cantidad masiva de datos que se generan, la capacidad de procesamiento de estos y la accesibilidad para el uso y entrenamiento de modelos abiertos de IA está acelerando lo que ya era una demanda exponencial. Los centros de datos consumen ya más del 3% de la electricidad mundial y el 2% del agua dulce. De hecho, Europa necesitará en 2030 entorno a los 820 millones de metros cúbicos de agua anuales solo para que podamos usar Internet y es por ello por lo que las principales empresas tecnológicas son las primeras que están buscando soluciones como tenerlos en el mar y evidentemente utilizar energías renovables, agua regenerada, etc. De hecho, actualmente el uso de energías renovables es cada vez mayor y su gestión, almacenamiento y consumo se realiza con inteligencia artificial. Igualmente, la salud, las finanzas, la comunicación, el transporte, entre otras muchas aplicaciones que tantos servicios nos aportan.

La tecnología en sí no es el problema sino su uso a la vez que la planificación general de los recursos y lo que dicen los datos es que los recursos del planeta son finitos incluida el agua a no ser que utilicemos un substituto, en nuestro caso difícil porque somos en un 65%, agua.

Si queremos tener un desarrollo de la tecnología ético, no hay otra que seguir desarrollando proyectos para buscar soluciones a los retos de crecimiento y sobre todo estableciendo prioridades para el consumo y regeneración de los recursos naturales como el agua. Para eso, debemos tener inteligencia artificial SOStenible antes que tener que hacer SOS por el hecho de usarla.

Áurea Rodríguez
Experta en Innovación y Tecnología

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