El hidrógeno es la propuesta clave de Alemania para revolucionar la movilidad sostenible y dejar atrás los combustibles fósiles. Con la inminente prohibición de la comercialización de vehículos con emisiones en la Unión Europea para 2035, el país europeo da un paso significativo al enfocarse en motores de hidrógeno como la tecnología del futuro, relegando los coches eléctricos a un segundo plano.
Un motor revolucionario: la alianza entre Bosch y Ligier Automotive
Bosch Engineering, en colaboración con Ligier Automotive, ha desarrollado un motor de hidrógeno que promete revolucionar el mercado automovilístico. Diseñado para automóviles multigama y tradicionales, este motor es una variante adaptada de los motores de combustión interna y destaca por ser completamente ecológico, ya que emite vapor de agua y calor como subproductos.
Con un bloque 3.0 biturbo, sistema de inyección de combustible reconvertido y una potencia de 563 CV junto a un par de 650 Nm, este motor es apto para vehículos deportivos, de carga pesada y turismo. Además, se planea su lanzamiento oficial a finales de 2024, marcando un hito en la industria.
Innovaciones en combustibles renovables
Antes de llegar al hidrógeno, Bosch ha comenzado a probar el Hydrotreated Vegetable Oil (HVO) en sus camiones de transporte en España. Este combustible puede reducir las emisiones de carbono hasta en un 90%, resaltando su impacto positivo en la descarbonización del suministro de petróleo.
Es derivado de materias primas renovables, lo que representa un paso intermedio hacia el hidrógeno verde. Además, también reemplaza el queroseno con una alternativa de combustible líquido renovable para calefacción, subrayando su versatilidad. Este último se produce mediante electrólisis alimentada por energías renovables y ofrece una solución completamente neutra en carbono.
Retos de infraestructura y adopción
A pesar de las ventajas técnicas y ambientales, el éxito de los motores de hidrógeno depende de la infraestructura. Actualmente, España cuenta con solo siete estaciones de repostaje de hidrógeno, lo que limita su adopción masiva.
La expansión de estas instalaciones será crucial para materializar las proyecciones de Bosch, que estima un mercado de 5.000 millones de euros en ventas para 2030.
Comparativa con los coches eléctricos
Los coches eléctricos han dominado el discurso sobre la movilidad sostenible en la última década. Sin embargo, el hidrógeno ofrece ciertas ventajas clave, como tiempos de repostaje más cortos y una mayor autonomía, especialmente para vehículos pesados.
Además, Bosch trabaja en tecnologías que permitirán convertir directamente el hidrógeno en energía mecánica, superando la necesidad de transformarlo en electricidad, un proceso que podría quedar obsoleto en los próximos años.
Por ello, la visión de Alemania para 2030 está clara: una industria automotriz dominada por vehículos eléctricos e impulsados por hidrógeno. A pesar de los desafíos, la apuesta por esta tecnología refleja un compromiso decidido hacia un futuro sostenible y neutro en carbono.
Solo el tiempo dirá si el hidrógeno logrará posicionarse como el combustible preferido en un mercado en constante evolución.