La universidad KAIST (Korea Advanced Institute of Science & Technology) ha desarrollado una batería híbrida de iones de sodio que promete cargarse en apenas unos segundos. Este avance ha sido posible gracias al uso de materiales usualmente utilizados en supercondensadores, lo que permite a esta tecnología resultar competitiva frente a las baterías de iones de litio.
Aunque el sodio es 500 veces más abundante que el litio, este tipo de baterías se enfrentan a varias limitaciones, incluyendo una densidad energética más baja. Por este motivo, un equipo de investigación dirigido por el profesor Jeung Ku Kang ha creado un sistema híbrido que solventa dicho problema.
¿Por qué híbrido? Porque se trata de una solución a caballo entre una batería y un supercondensador. Así, los ánodos utilizan materiales típicos de una batería, mientras que los cátodos emplean una fórmula adecuada para un supercondensador. Esta combinación ha sido posible gracias al desarrollo de nuevos materiales avanzados para ambos electrodos.
Según el KAIST, su batería híbrida de sodio supera la capacidad de almacenamiento de las baterías de litio comerciales, todo ello con la densidad de potencia de los supercondensadores (34.748 W/kg). La densidad energética se sitúa en 247 Wh/kg, una cifra ideal para aplicaciones como vehículos eléctricos.
¿Cuáles son las ventajas de las baterías de sodio?
Como hemos indicado antes, el sodio es más abundante que el litio; además, cuenta con una distribución geográfica más diversa y China no controla la cadena de suministro. Este tipo de baterías prescinden de materias primas escasas y costosas como el cobalto, el níquel, el cobre y el grafito. Tampoco podemos perder de vista que el sodio es de por sí más barato que el litio y su precio está sometido a menos fluctuaciones.
Las baterías de sodio son más sencillas de reciclar y tienen una menor huella de carbono. Su tasa de carga es más elevada y funcionan mucho mejor que las de litio tanto a temperaturas bajas como a altas. En cuanto a la seguridad, por lo general son más estables y se pueden transportar completamente descargadas.
Se espera que en los próximos años su producción se escale con rapidez, ya que utilizan los mismos procesos de fabricación que las de litio. Los primeros fabricantes en emplear esta tecnología en coches eléctricos han sido JAC y JMEV, si bien grupos como BYD y Renault también han mostrado interés en su uso para vehículos eléctricos de bajo coste.
Fuente | KAIST