Introducida por la Comisión Europea el 23 de febrero de 2022, la Directiva de Diligencia Debida Corporativa representa un momento crucial en el compromiso de la UE de promover un comportamiento corporativo sostenible y responsable. Inicialmente la propuesta era para abordar los impactos adversos en los derechos humanos y el medio ambiente, pero la Directiva sufrió importantes revisiones antes de su aprobación por el Consejo Europeo el 15 de marzo de 2024.

En su núcleo, la Directiva establece un marco para la diligencia debida corporativa, enfatizando preocupaciones de sostenibilidad como el impacto ambiental, el cambio climático y las violaciones de los derechos humanos. Ahora, las empresas están obligadas a identificar, prevenir, mitigar y rendir cuentas por impactos negativos dentro de sus operaciones y cadenas de suministro. Además, se exige a las grandes empresas que alineen sus estrategias comerciales con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5°C, según el Acuerdo de París.

Si bien la propuesta inicial se dirigía a empresas con más de 500 empleados y un volumen de negocios de más de €150 millones en todo el mundo, las enmiendas elevaron los umbrales a 1,000 empleados y €450 millones de volumen de negocios, reduciendo el alcance de las empresas afectadas. A pesar de estos cambios, la Directiva mantiene su enfoque en fomentar un comportamiento corporativo ético y la rendición de cuentas.

La importancia de la Directiva de Diligencia Debida Corporativa no puede ser exagerada. Para los ciudadanos, promete una mejor protección de los derechos humanos, un medio ambiente más saludable, mayor confianza en las empresas y un mejor acceso a la justicia. Las empresas se beneficiarán de un marco legal armonizado, una gestión de riesgos mejorada y una mayor atracción para inversores orientados hacia la sostenibilidad. Los países en desarrollo pueden esperar condiciones mejoradas y oportunidades de inversión sostenible.

Los mecanismos de aplicación, incluida la supervisión por parte de los Estados miembros y la responsabilidad civil por incumplimiento, garantizan la implementación efectiva de la Directiva. Sin embargo, su proceso aún no ha terminado. El proceso de aprobación ahora pasa al Parlamento Europeo, donde se espera su aprobación final con una votación durante la Sesión Plenaria del Parlamento Europeo que se llevará a cabo entre el 22 y el 25 de abril. Una vez adoptada, a los Estados miembros se les darán dos años para incorporar la Directiva en su legislación nacional. No obstante, la naturaleza volátil del panorama político subraya la incertidumbre hasta la votación final.

En conclusión, la Directiva de Diligencia Debida Corporativa representa un paso significativo hacia la incorporación de la sostenibilidad y la gobernanza corporativa responsable dentro de la UE. Al responsabilizar a las empresas por sus acciones, aspira a crear un entorno empresarial más ético, transparente y resiliente para todas las partes interesadas.

Fuente: Forbes, la Unión Europea

Escrito por Eliana Friedman

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