El grupo húngaro ofrece 619 millones en efectivo para comprar Talgo.
Ganz-Mavag Europe, el consorcio húngaro que quiere comprar Talgo, el jueves presentó anuncio previo ante la CNMV para lanzar una OPA por el 100% del capital, a cinco euros por acción, 619 millones, sostiene que en los acuerdos alcanzados con la banca acreedora de la empresa española ya se ha constatado la inexistencia de dinero ruso o de nexos con el Kremlin.
El grupo húngaro trata igualmente de restar importancia al peso que el Estado húngaro tiene en la operación, asegurando que representa a menos del 50% del consorcio. También recuerdan que Hungría es un país de la Unión Europea y que deben prevalecer las normas europeas de competencia.
De acuerdo a fuentes cercanas al grupo húngaro consultadas por Economía Digital, y también al consejo de administración de Talgo, en las negociaciones mantenidas con las entidades financieras, tanto las involucradas en la financiación de la oferta como las acreedoras de la empresa de ferrocarriles, se ha analizado las vinculaciones de las sociedades que componen el consorcio que presenta la oferta.
Según las mismas fuentes, la banca se ha cuidado mucho en este caso de no financiar o participar en una operación en la que pudiera estar involucrado capital procedente de Rusia, lo que haría inviable la operación en el contexto bélico actual y de sanciones impuestas a Rusia por la invasión de Ucrania.
Los mayores bancos españoles que han financiado a Talgo contaban con cláusulas que permitían amortizar los préstamos en caso de cambio de control.
Las fuentes consultadas destacan que las entidades han acordado no activar dicha cláusula tras haber analizado la estructura financiera de la operación, y que si en ese trabajo hubieran detectado alguna conexión con Rusia no lo habrían hecho.
La estrecha relación entre las sociedades que forman el consorcio húngaro que quiere comprar Talgo y el primer ministro Viktor Orbán, así como la amistad entre este último y Vladimir Putin, han puesto en alerta al Gobierno español.
Durante la semana, distintos Ministros de Pedro Sánchez han mostrado públicamente su preocupación por la oferta húngara sobre Talgo. Por esta razón, los húngaros que quieren comprar el grupo español tratan de desvincularse en la medida de lo posible de Orbán.
Ganz-Mavag Europe asegura en la documentación presentada ante la CNMV el jueves, previa a la presentación del folleto de OPA, que está participada por Ganz-Mavag Holding, con el 55%, y el fondo público Corvinus, con el 45%.
El consorcio húngaro asegura que su primer accionista, Ganz-Mavag Holding, es totalmente un grupo privado, participado a su vez por la empresa privada Magyar Vagon Befektetési Vagyonkezelő y esta a su vez por otras sociedades que igualmente están controladas por otras firmas que terminan siendo sociedades privadas de inversión.
«El Estado húngaro no tiene ninguna participación, directa o indirecta, en Ganz-Mavag Holding ni en Solva II Magántőkealap [uno de los fondos privados partícipes]», asegura el grupo húngaro en la documentación entregada el jueves a la CNMV.
No obstante, entre los participantes en la oferta hay empresarios afines a Orbán.
Entre ellos András Tombor, consejero de Ganz-Mavag Europe, fundador de la escuela de Budapest Mathias Corvinus Collegium (MCC), impulsada por el Primer Ministro húngaro y financiada con dinero público húngaro, que se está convirtiendo en un poderoso lobby europeo de ideología profundamente conservadora y nacionalista. En el Mathias Corvinus Collegium han participado varios miembros de VOX como ponentes en debates o como profesores.
Otra de las compañías húngaras privadas que participa en la oferta, el grupo MOL, tiene entre sus accionistas al Mathias Corvinus Collegium, que posee el 10%.
Talgo cerró el jueves en Bolsa a 4,39 euros por acción, tras subir un 5,28%. La compañía emplea a 3.300 personas y es el principal suministrador de trenes de alta y muy alta velocidad de Renfe, y el suministrador de trenes en el proyecto de alta velocidad para la línea ferroviaria Haramain entre La Meca y Medina en Arabia Saudí.
Fuente: Economía Digital