“Los chinos no son los culpables, no tenemos nada contra los chinos”, así de directo comenzó Lalo Salvo su intervención en el Congreso Revolution Energy que organizó esta semana la patronal valenciana de las energías renovables Avaesen.

Salvo es vicepresidente técnico de Power Electronics, primer fabricante de inversores solares para plantas fotovoltaicas y líder mundial en almacenamiento energético. Esta empresa posee una fábrica en Liria donde producen cerca de 24,5 GW de capacidad en sus distintos productos.

El 70% de lo que fabrica cada año acaba en EEUU, su principal mercado. Ahora que la Ley IRA premia a la industria verde, Power Electronics, lo tiene claro y se marcha a hacer las Américas, a la llamada de Biden.

¿Quo vadis, Europa?

Salvo anunció que dedicará fuertes inversiones en mejorar la fábrica de EEUU para conseguir una mayor producción en el mercado norteamericano.

“China y EEUU lo tienen claro, mientras que en Europa no hacen nada”, denuncia el directivo de Power Electronics. “¿Queremos crear y ser industria en Europa?”, se preguntó. “Europa se tiene que dar cuenta de lo que quiere ser”, se respondió.

La apuesta por la industria verde en Europa no llega. Mientras tanto los fabricantes chinos reciben multimillonarias ayudas y en EEUU acaban de lanzar un plan de protección industrial único en el mundo. Si quieres vender en EEUU tienes que irte allí a fabricar. Y es lo que va a hacer Power Electronics.

La valenciana es el padre de la Alianza de las Baterías con el proyecto de la gigafactoría, una operación valorada en 2.000 millones de inversión. Pero cuesta mucho sacarlo adelante. El resto de Europa tampoco mueve un dedo por proteger a su industria.

“Los chinos no son los culpables, no tenemos nada contra los chinos”, así de directo comenzó Lalo Salvo su intervención en el Congreso Revolution Energy que organizó esta semana la patronal valenciana de las energías renovables Avaesen.

Salvo es vicepresidente técnico de Power Electronics, primer fabricante de inversores solares para plantas fotovoltaicas y líder mundial en almacenamiento energético. Esta empresa posee una fábrica en Liria donde producen cerca de 24,5 GW de capacidad en sus distintos productos.

El 70% de lo que fabrica cada año acaba en EEUU, su principal mercado. Ahora que la Ley IRA premia a la industria verde, Power Electronics, lo tiene claro y se marcha a hacer las Américas, a la llamada de Biden.

El caso de Endurance Motive

Otra empresa valenciana que también se marcha a hacer las Américas es Endurance Motive. El fabricante de baterías tiene previsto este año montar una nueva fábrica en México. Aunque Ander Muelas, presidente y cofundador de la compañía, no se refirió a este proyecto durante la charla en el congreso de Avaesen, quien reclamó más ayudas a Europa, más movimiento para poder crear empleo de calidad en la región.

“Podemos crear hasta 15.000 puestos de trabajo”, pero para eso hay que confiar y creer en la industria europea. Endurance se dedica al ensamblaje de baterías y este 2024 se va a México y podría acercarse a EEUU en el futuro.

Muelas señaló que si Europa de verdad se pone a fabricar las celdas podría llegar a alcanzar precios competitivos, pero a día de hoy es China quien manda en este mercado.

Algo aprecido le sucede a Silicon Valen, el fabricante de módulos solares valenciano, que es de los pocos atrevidos que lucha contra la hegemonía de los fabricantes chinos.

Poco a poco se va despertando una confianza en el producto nacional, en el más cercano, pero el precio de los fabricantes chinos es imbatible. “Fabricar módulos fotovoltaicos es una necesidad, pero tenemos que confiar en los que están más cerca”, señaló José E. Cervera, director de Desarrollo de Negocio de Silicon Valen.

Los directivos reclamaron medidas inmediatas a la Unión Europea para poder competir con los otros dos gigantes, China y EEUU. Reclaman hechos, menos palabras y promesas. Y como a China no puedes ir, pues se marchan a EEUU. Y no solo es en España. Industria europea como Meyer Burger ya ha anunciado su marcha del Viejo Continente.

Fuente: Ramón Roca – El Periódico de la Energía

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