Este material elimina las resinas sintéticas y epoxi que suelen incorporar otros derivados del bambú. Algo que dificultaba su reciclaje y degradación en el entorno natural.

Investigadores de la Northeast Forestry University, en la ciudad china de Harbin, han diseñado un material derivado del bambú con una resistencia comparable a los plásticos tradicionales y que, además, se degrada completamente en menos de dos meses. Este avance científico ofrece una posible solución a uno de los mayores retos medioambientales actuales: la contaminación por plásticos.

El estudio, publicado en la revista Nature Communications, detalla un proceso de fabricación que transforma la celulosa del bambú mediante un disolvente alcohólico no tóxico. Esta técnica permite disolver la materia prima a nivel molecular para después reorganizar sus cadenas, generando un material sólido, estable y fácilmente moldeable. El resultado es un bioplástico con una resistencia a la tracción de 110 megapascales y una capacidad de fractura de 80 kJ m-3, cifras superiores a las de polímeros de uso industrial como el polietileno o el poliestireno de alto impacto.

Hasta ahora, los plásticos de bambú solían incorporar resinas sintéticas o epoxi, lo que dificultaba su reciclaje y degradación. Con este nuevo método, el material puede fabricarse en láminas o piezas moldeadas para aplicaciones en sectores como la automoción o la construcción, sin comprometer su resistencia ni estabilidad térmica.

Un material biodegradable y reciclable al mismo tiempo

Además de su resistencia, el nuevo plástico de bambú destaca por su capacidad para biodegradarse en suelo en un plazo de 50 días. Los investigadores señalan que el material también puede ser reciclado en un sistema de circuito cerrado, manteniendo hasta el 90% de su resistencia original. Esta combinación de propiedades lo convierte en una alternativa viable y respetuosa con el medio ambiente frente a los derivados del petróleo.

Según los autores del proyecto, este avance representa “un paso decisivo hacia la creación de plásticos verdaderamente sostenibles”, ya que resuelve las limitaciones de los bioplásticos existentes y demuestra que es posible lograr un equilibrio entre sostenibilidad y rendimiento técnico. El equipo prevé que su tecnología pueda adaptarse a procesos industriales a gran escala.

El bambú, conocido por su rápido crecimiento y su capacidad de regeneración, se perfila como una de las materias primas más prometedoras para el desarrollo de materiales ecológicos. Su disponibilidad y bajo coste lo convierten en un recurso ideal para impulsar la transición hacia una economía circular basada en la reducción de residuos y la reutilización de recursos naturales.

Fuente: R. Badillo, El Confidencial

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