El historiador Joaquim Nadal, conseller de Recerca i Universitats, reflexiona que “en el siglo XIX Catalunya fue la fábrica de España; en el siglo XX tuvo el turismo y una industria en descomposición; y la Catalunya del futuro tendrá peso relevante en el mundo si es capaz de convertir la ciencia y el conocimiento en la industria del siglo XXI”.
¿Cuál es el factor limitante más importante de la investigación en Catalunya?
Estoy convencido de que no hay factor limitante y que, si la financiación era uno, lo estamos superando.
El investigador Joan Massagué dice que “los sueldos de los investigadores en Catalunya son extremadamente bajos comparados con los de los países que se pretende emular”.
El 30% de los investigadores de los centros CERCA [centros de investigación de la Generalitat] son extranjeros. Exportamos talento, pero captamos talento. Probablemente el sueldo del conjunto de los investigadores tiene que dar un salto. Pero no lo puede dar si no es proporcionado con el que dan los profesores de universidad.
“Lo que más limita el crecimiento económico en Catalunya es el exceso de burocracia”
El gasto en I+D en Catalunya es del 1,67% del PIB, la media de la UE es del 2,3%. Son datos del 2021, los últimos publicados.
En el 2022 nos hemos situado en 1.116 millones de euros en I+D+i. Nos sitúa en un 0,8% del PIB en aportación de la Generalitat. Nos vamos acercando al 1% que prevén la Llei de la Ciència y el Pacte Nacional per a la Societat del Coneixement. Hemos cerrado el 2023 y seguimos creciendo.
¿Contando todas las aportaciones, a cuánto llegaremos?
Sumando sector público y privado, cerca del 2% para el 2023.
¿Tenemos que aspirar a ser el Girona de la ciencia y hacerlo muy bien con poco presupuesto?
Tengo la aspiración a hacerlo muy bien, como lo estamos haciendo ahora con un presupuesto insuficiente, pero sabiendo que los presupuestos en ciencia y en conocimiento tienen que crecer. La contradicción entre resultados y financiación aguanta uno o dos años, pero no aguanta cinco.
Hay preocupación por que, en lugar de crecer, la financiación vuelva a bajar cuando se acaben los fondos europeos Next Generation.
“La investigación y el sistema universitario han salido indemnes del ‘procés'”
No bajará porque el gobierno de la Generalitat lo compensará presupuestariamente. No se tienen que producir retrocesos en la financiación de la investigación ni del sistema universitario. El crecimiento será sostenido y sostenible.
El físico Lluís Torner, en su conferencia en el Cercle d’ Economía, defendió “la investigación de frontera como motor de desarrollo para una sociedad como la nuestra”.
Subiremos al tren de las tecnologías cuánticas. Tenemos el compromiso de convertir el ICFO [ Institut de Ciències Fotòniques] todavía más en un centro de referencia y el compromiso de incrementar las inversiones del programa Valle de la Cuántica.
Otros países están subiendo al tren con muchos recursos. ¿Puede concretar cuál será la inversión aquí?
Prefiero no hacerlo. Todavía no.
¿Qué otras áreas de investigación de frontera se tienen que priorizar?
Yo diría que todo lo que es el mundo de la biomedicina y de la bioingeniería. Terapias avanzadas, también la supercomputación, las líneas de luz del sincrotrón…
No veo nada realmente disruptivo, son caminos ya trazados.
Antes de inventar nada nuevo, mejor que consolidemos lo que ya tenemos, ¿no? Ya me gustaría ser más disruptivo.
¿En Catalunya se ha avanzado más en investigación que en innovación?
Clarísimamente. Ya somos en buena parte un país de primer nivel en ciencia básica, no lo somos en transferencia ni innovación. La Catalunya del futuro tendrá peso relevante en el mundo si es capaz de convertir la ciencia y el conocimiento en la industria del siglo XXI. Es una cosa que el president tiene muy metida en la cabeza.
¿Soluciones?
Lo estamos resolviendo a través del plan estratégico de transferencia e innovación que desarrollamos a partir de la Llei de la Ciència. El investigador que crea una spin-off tiene que notar que no se convierte en un obstáculo sino que se convierte en una oportunidad. Y los resultados económicos de las spin-offs tienen que revertir en los centros de los que nacen.
¿Comparte la opinión que se tiene que reducir la burocracia para que los investigadores se puedan dedicar más a investigar?
Lo que más limita, no solo la investigación, sino el crecimiento económico en Catalunya, es el exceso de burocracia. Una persona que quiere abrir una tienda, o que quiere crear una planta de cogeneración, tiene tantas o más dificultades que un investigador. Las dificultades no son inherentes al sistema de investigación. Son inherentes a la superposición de normativa europea, española, catalana y local, que se ha acabado convirtiendo en una telaraña que tenemos la obligación de deshacer.
¿Qué está haciendo para resolverlo?
Todo lo que ahorremos a los investigadores en trabajos de gestión será en beneficio de una ciencia más eficiente. El investigador tiene que notar que el sistema lo protege. Estamos abriendo vías, por ejemplo, para incorporar a las universidades personal especializado en captación de recursos. La Llei de la Ciència establece que el sistema de investigación tiene que tener un tratamiento específico. Esto quiere decir que no se le puede aplicar, como un corsé, un marco normativo propio del sector público puro.
¿Cómo valora el impacto del procés sobre el sistema de investigación?
Fue muy superior el impacto de la crisis económica del 2008-2012 que el impacto del procés.
¿Eso es un reconocimiento de que tuvo un impacto?
Hasta allí donde yo puedo juzgar desde que estoy al frente de esta conselleria, no veo ningún impacto negativo. Veo en el Gobierno y en el conjunto de fuerzas parlamentarias que apoyaron la Llei de la Ciència un compromiso con la investigación. Crisis económica aparte, la investigación y el sistema universitario de Catalunya han salido indemnes del procés.
¿No le ha llegado la percepción de la comunidad científica de que los otros países están corriendo y aquí hemos estado parados?
Desde que he entrado aquí no hemos parado de correr. Quizá no estemos corriendo suficiente, pero no hemos parado de correr. El gran paro fue el agujero del 2010 al 2020. Tardamos diez años en recuperar el nivel de financiación del 2010.
Fuente: La Vanguardia – Josep Corbella