No es para mover coches, pero el motor molecular creado por el MIT puede revolucionar la medicina, la microelectrónica y la nanotecnología, usando únicamente la luz.

Cualquier motor necesita energía para funcionar, casi siempre combustible, viento, agua, o electricidad. El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha creado un motor que funciona con luz.

No nos andaremos por las ramas: no vamos a tener coches que funcionan con luz, porque estamos hablando de un motor molecular, de tamaño microscópico. Pero en el campo de la medicina y la nanotecnología, es tan revolucionario como lo fue el motor de gasolina en los coches.

Este motor molecular es más fino que un cabello, y puede introducirse en la sangre para mover fluidos, medicinas o nanorrobots, en la dirección deseada. Las aplicaciones son muy numerosas.

Así funciona el motor de luz del MIT

Según cuenta el medio Ziare, este motor microscópico aprovecha los llamados fenómenos plasmónicos: cuando las partículas metálicas minúsculas que forman el motor se exponen a la luz polarizada circularmente, se autoensamblan y comienzan a girar.

Básicamente, la energía de la luz se convierte directamente en movimiento mecánico, sin campos eléctricos ni reacciones químicas, como ocurre en otros mecanismos similares.

Lo mejor de todo es que, en función de cómo se oriente dicha luz, se puede generar un movimiento perfectamente controlado, tanto en fuerza como en dirección.

Según el MIT, esta tecnología tiene una gran cantidad de aplicaciones biomédicas. Por ejemplo, para ayudar a distribuir un medicamento por la sangre, o para llevar a un sitio concreto. Incluso podría llevar el medicamento (o el veneno) a células cancerígenas concretas.

También es interesante en el campo de los microfluidos, para controlar flujos de diferentes líquidos a escala nanométrica.

Tiene abundanes aplicaciones en la nanotecnología, en chips diminutos que podrían desplazarse a voluntad a través del cuerpo, usando estos motores moleculares alimentados con luz.

En microelectrónica, podría integrarse en sistemas optoelectrónicos y sensores avanzados.

Un motor que no necesita electricidad para girar, solo luz polarizada, puede cambiarlo todo en muchos campos diferentes. Esperemos que esas expectativas se conviertan en realidad.

Fuente: Juan Antonio Pascual Estapé, Computer Hoy

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