El Ayuntamiento de Barcelona pone en marcha dos pruebas pilotos para desarrollar nuevos modos de construcción. Una de las propuestas reutilizará piezas de residuos minerales de los pavimentos urbanos sin necesidad de separarlos

Los residuos generados en las obras de espacio público tendrán una segunda vida en Barcelona, donde serán utilizados para generar nuevos métodos y sistemas constructivos tras la puesta en marcha de dos pruebas pilotos para desarrollar nuevos modos de construcción.

Entre los proyectos ganadores del reto internacional “Mineral. Arquitecturas de la minería urbana”, está Spolia, una propuesta presentada por un estudio de arquitectura belga y un instituto de investigación suizo que consiste en construir reutilizando grandes piezas de residuos minerales de los pavimentos urbanos, principalmente asfalto y hormigón, sin necesidad de separarlos ni transformarlos previamente.

Este sistema utiliza un proceso sencillo y económico, que se adapta a las infraestructuras ya existentes y permite la producción de nuevos elementos constructivos de gran formato, como paredes o muros de contención. De esta forma, se reduce al mínimo la manipulación de los materiales y, al mismo tiempo, se disminuye considerablemente la huella de carbono. El resultado es una solución modular y prefabricada que abre la puerta a una construcción más circular y sostenible.

Residuos minerales del espacio público

En el caso del otro proyecto conocido como Grounded futures, presentado por empresas que trabajan en los ámbitos de la arquitectura, la educación y la investigación vinculada a nuevos materiales de construcción desde su sede en Bélgica, se centra en la creación de nuevos materiales de construcción aprovechando residuos minerales del espacio público.

Lo hacen combinando la reutilización directa de los residuos con el reciclaje de restos triturados, y utilizando un aglutinante natural innovador realizado a partir de alginato, un tipo de carbohidrato que proviene de algas marinas. El proyecto pone importancia en el reciclaje selectivo en el lugar y desarrollará diferentes tipos y formatos de materiales según los residuos disponibles, con el objetivo de reintroducirlos en el espacio urbano y, así, reducir la huella de carbono de los proyectos.

Ambos equipos empezarán este otoño la fase de investigación y diseño en dos escenarios distintos, mientras que los resultados del proceso de investigación e innovación se difundirán en la exposición que se llevará a cabo durante el Congreso Mundial de Arquitectos de la UIA, que tendrá lugar en Barcelona en verano de 2026

Un año para evaluar los resultados

Este evento, impulsado por la UNESCO y la Unión Internacional de Arquitectos, convierte la ciudad en un escaparate global de la capacidad transformadora de la arquitectura, con una programación de diez meses que incluirá exposiciones, rutas, talleres, puertas abiertas, visitas, conferencias e intervenciones urbanas en los diez distritos.

Para testar las soluciones, la ciudad realizará pruebas piloto el próximo año en diferentes actuaciones gestionadas por BIMSA, Barcelona d’Infraestructures Municipals, la empresa de servicios públicos en Barcelona, a través de unos prototipos que se monitorizarán durante 12 meses para evaluar la consecución de los resultados esperados.

Propuesta inexistente en el mercado

Esta convocatoria internacional de ayudas a la innovación está impulsada por la Fundación BIT Habitat, BIMSA, la Fundación Mies van der Rohe, la Diputación de Barcelona y el Congreso Mundial de Arquitectos de la UIA 2026 Barcelona (UIA2026BCN). Además, este reto forma parte del nuevo convenio de colaboración entre la Diputación de Barcelona y la Fundación BIT Habitat para escalar y replicar las soluciones innovadoras en los municipios de la provincia de Barcelona.

Los equipos participantes han garantizado que su propuesta no existe en el mercado, promueve la circularidad y la descarbonización y garantiza la generación de un nuevo sistema constructivo con aplicación evidente y valor arquitectónico. Para ello, todos los pilotos deben ser testables en entorno real, escalables y replicables.

Fuente: Álex Aragonés, Informativos Telecinco

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