Escrito por Cassidy Luong
La inteligencia artificial (IA) ya no es solo una herramienta: ahora forma parte del equipo. Las IA más avanzadas de hoy en día pueden trabajar por sí solas sin necesidad de supervisión constante. Por eso, las empresas deben dejar de ver la IA como un simple software y empezar a tratarla como a un compañero de trabajo más (Stave et al.).
Para lograrlo, las organizaciones deben dejar de centrarse únicamente en los cargos y descomponer cada puesto en tareas más pequeñas. Así pueden identificar qué tareas puede hacer bien la IA, cuáles necesitan intervención humana y cuáles requieren ambos. El objetivo ya no es solo contratar personas o comprar software, sino conseguir los mejores resultados combinando inteligentemente el trabajo humano con la IA.
También es fundamental saber qué tipo de herramientas de IA necesita el equipo. No todas las IA sirven para lo mismo: algunas son mejores escribiendo, otras revisando calidad y otras atendiendo a clientes. Hacer una lista de las herramientas adecuadas ayuda a evitar el uso de sistemas genéricos o poco útiles.
Para que el trabajo entre humanos e IA funcione bien, todos deben tener claro quién hace qué. Establecer funciones claras, reglas de traspaso y responsabilidades ayuda a evitar confusiones, mejora el rendimiento y aumenta la confianza en el sistema.
Además, las empresas deben cambiar su forma de pensar sobre los equipos. Hoy en día, un equipo puede incluir empleados fijos, autónomos y sistemas de IA. Las organizaciones deben decidir si quieren desarrollar sus propias herramientas, alquilarlas como trabajadores temporales o externalizar tareas que haga la IA. También es importante crear nuevas formas de medir el éxito que se adapten al trabajo digital.
Otro paso clave es establecer normas claras para el uso de la IA. Las empresas deben colaborar con equipos legales y de ética para definir cómo se usa la información, cómo se evitan los sesgos y cómo se garantiza que el sistema sea justo y seguro. A medida que la normativa sobre IA crece, es mejor estar preparados desde el principio.
Además, usar IA no es algo que se hace una sola vez y ya está. Las empresas deben revisar constantemente cómo está funcionando, actualizar los sistemas y ajustar la estrategia a medida que la tecnología avanza.
Y, por último, las personas siguen siendo lo más importante. La IA debe potenciar el trabajo humano, no sustituirlo. Las empresas deben invertir en el desarrollo de habilidades como la creatividad, la empatía y la toma de decisiones éticas. Así es como seguirán siendo competitivas y podrán retener al mejor talento.
Fuente
Stave, Jen, et al. “7 Ways to Structure AI–Human Work.” Harvard Business Review, 10 de junio de 2025, Consultado el 11 de junio de 2025.